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Abortó tres veces, se arrepintió e hizo una valiente promesa a Dios

3 vistas· 07/26/20
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Por Carolina Requena
Todavía era muy joven cuando supo que estaba embarazada de su novio. Desde el primer momento él la apoyó y le dijo que juntos se harían cargo del niño y saldrían adelante. Sin embargo, Patricia Sandoval, asustada por su futuro y mal aconsejada por unas amigas, decidió abortar.

Luego vino el segundo y después el tercer hijo abortado. Al poco tiempo, esta mexicana comenzó a trabajar en la transnacional abortista Planned Parenthood donde ayudaba a otras jóvenes a abortar. Allí descubrió las mentiras y el negocio que estaba detrás.

Sin embargo, no fue hasta que producto de las drogas y las malas influencias, tocó fondo y entonces la misericordia de Dios permitió que ella tuviera un encuentro con Cristo, que le hizo levantarse y renacer en la fe.

Patricia se convirtió al catolicismo en 2002 luego de que había quedado sola viviendo en la calle durante tres años, abandonada por su novio y supuestos amigos, en extrema delgadez, desesperada sentada en una banca, sin nada que comer, se dio cuenta que no tenía nada y comenzó a llorar.

En entrevista concedida a ACI Prensa en Santiago de Chile, Sandoval dijo que en ese momento “por primera vez en mi corazón sentí muy fuerte la presencia de Dios en el Cielo que me miraba y estaba conmigo. Volteé la cara arriba hacia el Cielo, miraba las nubes y le dije a Dios Padre: No tengo nada, no te conozco pero sé que existes y en este momento eres lo único que tengo. Te quiero agradecer mi niñez y lo feliz que era y sé que todo lo bueno que tenía venía de ti. Perdón por destruir mi vida”.

En la calle y sola sintió un abrazo y cuando volteó para ver quien la abrazaba, miró a una jovencita que “con amor, misericordia y una sonrisa brillante me miró y me dijo: Jesús te ama. Soy mesera en ese restaurante de la esquina. Dios me habló al corazón y me dijo que te dijera que Él te ama. Aunque tu padre o tu madre te abandonen, Él nunca te va a abandonar y Él te promete estar contigo hasta los finales de los tiempos”.

La mesera le dijo también luego: “’Patricia hoy regresas a casa’. Dios entró en mi miseria, fue por mí y me levantó con su misericordia y amor infinito”.

Activista pro-vida

Hoy Patricia, de 34 años, viaja por el mundo dando su testimonio, defendiendo la vida y ayudando a jóvenes a no abortar con su apostolado el "Viñedo de Raquel" en defensa de la vida desde la concepción www.patriciasandoval.com

De paso por Chile, invitada a dar su testimonio por la organización pro-vida ISFEM (Investigación, formación y estudio sobre la mujer) contó a ACI Prensa cómo decidió hacerle una valiente promesa a Dios: ser la voz de los que no tienen voz y aún están en el vientre materno.

“Yo le hice una promesa a Dios, no importando que la gente me conozca como la mujer que abortó tres hijos. Desafortunadamente mucha gente en mi familia no apoya lo que hago, he perdido familia, la gente me ha humillado, pero para mí Dios es más importante, la vida es más importante”, aseguró.

“Yo le prometí a Dios que yo iba a ser esa voz de todos esos niños que no pueden gritar, que no pueden hablar, y de toda esas mujeres y hombres que están sufriendo el síndrome post aborto y están en silencio”, indicó luego.

Agregó que en la clínica donde trabajó como enfermera, durante tan sólo tres semanas, donde aconsejaba a las mujeres antes del aborto y asistía además a los doctores durante la operación, “la encargada me decía, Patricia si tú miras que una joven tiene miedo de abortar y se quiere arrepentir, tú vas a hacer todo en tu poder para que esta joven no falte a su cita. Tú les va a decir que tú tuviste tres abortos y que tú estás muy bien y que ellas van a estar muy bien”.

Patricia explicó que “en los Estados Unidos más o menos se cobran por aborto de 500 a 1000 dólares. Hay ciertas clínicas, en diferentes estados, donde hoy en día se practican 30 abortos por hora. Entonces podemos ver que es totalmente un negocio, incluso después del aborto no termina el negocio ahí, hoy en día hay cremas, productos cosméticos que son hechos de bebés, de partes humanas. Entonces el negocio sigue”.

Sobre el proyecto de despenalización del aborto que se discute en Chile Patricia dijo: “imagino que Chile no quiere una generación con jóvenes de 10 años, 11 o 12 años abortando aquí. Si la ley de aborto se aprueba en Chile les espera una cultura de muerte”.

Puso como ejemplo lo que sucede en Estados Unidos donde, según expuso, “51 por ciento de las mujeres que abortan una vez, terminando abortando dos, tres, cuatro, cinco veces. No queremos que aquí reine la muerte, sino que reine la vida”.

www.aciprensa.com

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